miércoles, 15 de diciembre de 2010

Y llegaron los tres meses...

     Si, aunque no pueda creerlo, hoy se han cumplido tres meses desde mi vuelo a Porto. En este tiempo me han pasado multitud de cosas y se han encontrado sentimientos que ni conocía, he tenido días malos y regulares, pero si intento reconstruir mi estancia sólo puedo recordar momentos geniales. Estoy a un día de coger de nuevo el avión que me lleve de vuelta, por unos días, y son esos momentos los que hacen que sienta nostalgia, nostalgia completamente compatible, a su manera, con la necesidad de volver a la vida original. En este caso, quizá no por la vida en sí, sino por las personas que la componen y como no podría negarlo, muero por volver a sentir a todas y cada una de esas persona que me alumbran el camino.

lunes, 6 de diciembre de 2010

El principio del comienzo.

     A pesar de lo esperado el punto y final de la semana estaba por llegar, la cúspide definitiva se hizo presente y ahora sólo es posible volver a bajar. De todo este proceso solo voy a destacar la parte buena, que no es poca, si antes ya era consciente de la grandeza de la gente que me rodea ahora puedo corroborarlo con infinita certeza. Dudé muchísimo antes venir a esa ciudad pero ahora comprendo que debía hacerlo, no sería la misma sin pasar por esto y, por supuesto, sin conocer a mi Oklahoma Team. Me parecía injusto no dejar constancia por aquí, supongo que ya lo sabéis pero por si acaso lo podéis leer...
                                            
                                         MUCHISIMAS GRACIAS A TOD@S!! 

y cuando digo tod@s es tod@s (Emilio, Sergio, Ándres, Alba y, como no, Cris)

     Ahora si que si empieza una nueva etapa, toca aprovechar que pronto tendremos que separarnos por unos días y puedo aseguraros que os echaré muchísimo de menos!!!

viernes, 3 de diciembre de 2010

Una semana para olvidar.

   Esta semana quizás ha sido la más difícil desde mi llegada. Auguraba ya mal comienzo en las sombras de reciente estancia, sin embargo me resistía a divisarlo y sin poder evitarlo se instaló. A pesar de llevar como seis años fuera de casa, creo que hasta estos últimos días no le he sentido realmente así, se han disuelto varios factores incompatibles en una mezcla un tanto explosiva. A todos esos componentes habría que sumar que un año más, incapaz de recordar cuantos, me he vuelto a perder el cumple de mi hermano, al que sigo considerando mi niño a pesar de que acaba de entrar en sus 15 añazos.
   Como no podía ser de otra manera, también tengo nuevos sucesos de esos que sólo a mí pueden ocurrir; por si no estuviese ya lo suficientemente incomunicada del mundo urbano, en esta maravillosa semana han desactivados tres de los cinco buses que con el aire a mí me unían. Es decir, la vuelta a casa debe ser antes de las nueve menos cuarto de la noche, si señor, mucho antes de que cenicienta perdiese su zapato de cristal. De no ser así, la vida se torna en una auténtica aventura, particular en mí caso, al disponerme la otra noche, valiente de mí, a volver después de la hora establecida, ¿quién podía imaginar que acabaría llamando a mi hada escuchalotodo desde una parada en plena autovía?Como podéis imaginar así fue.
   La semana va intuyendo su fin y con él espero desechar esta maldita pócima que ha interrumpido el sueño para poder entrar de nuevo en el paraíso de los hechizos bien realizados.