viernes, 29 de octubre de 2010

Cumpleaños feliz!

    Empezamos a ser conscientes de que nuestra estancia aquí es real y permanente cuando vivimos juntos días importantes para alguno de nosotros, ayer fue el primero de esos días, el primer tirón de orejas. Son días en los que, aún sin ser protagonista, vives en una profunda contradicción de sentimientos, son momentos de mayor nostalgia y melancolía pero sin embargo, no puedes pensar en pasarlos sin las personas que aquí te rodean, personas que nunca imaginas que pueden llegar a ser tan importantes. Al amanecer la desilusión me invadía no parecía ser el día apropiado, estaba entristecido y empañado por efectos secundarios pero con gran esfuerzo la balanza se inclinó y el día no podía haber acabado mejor. Nos centramos en reír y disfrutar, y lo más destacable de la noche fue la cara del cumpleañero al descubrir su ansiada cafetera y como no, una capa de Potter. Una prenda que nada más pasarla por los hombros te cambia, te sube un gusanillo que se encarga de convertirte en alguien poderoso, altivo y con derecho a mover los hielos de aquellas marionetas que se dejan. Como no podía ser de otra manera, toda la noche estuvo rodeado de caloiros...

sábado, 23 de octubre de 2010

A la vuelta de la esquina...

    ¿Cómo no me iba a pasar a mí? Desde que estoy aquí me han ocurrido de toda clase de imprevistos, llegan a parecer excusas baratas pero no, más bien tengo un imán para que me pasen las cosas. Habíamos quedado para comer todos juntos en casa de Alba, que nos cocinaba un pastel vegetal que está riquísimo, como yo soy la que vive en la otra punta de la ciudad llegaba tarde, así que quedamos en que les avisaba cuando estuviese en el metro y ellos venían a buscarme puesto que la zona aún no la conocía. Al escribir el mensaje y por superpava el móvil se me apagó de batería, lógico que pasara puesto que llevaba parpadeando desde el día anterior pero a mí no se me había ocurrido cargarlo antes de salir. Así que sin podérmelo creer me encontraba totalmente incomunicada a la salida del metro y sin saber qué hacer, mi esperanza volvió cuando recordé que en el móvil español tenía grabado un número de Sergio, sí el suyo español que no estaba disponible ni lo llevaba encima. La mala ostia me empezó a subir hasta que descubrí que también tenía el número de Andrés apuntado en la libreta de clase, número erróneo, tras hacer dos llamadas me dí cuenta que no era de él sino de un portugués. No había nada que se me ocurriese más que les diera por venir a buscarme y que me encontraran, y así fue, una hora después venían para ver que pasaba que no llegaba. La gran sorpresa fue descubrir que la casa de Alba estaba volviendo la esquina donde yo esperaba, ¿no se me podía haber ocurrido cruzar el paso de peatones? si lo hubiese echo seguro que me hubiesen visto por la ventana.

viernes, 22 de octubre de 2010

Saudade!!

   Hoy especialmente echo de menos a tod@s aquellos que normalmente me rodean, no es que sea el único día pero si que el sentimiento se acentúa de forma especial en ciertos momentos. Hoy como normalmente me he tirado todo el día fuera de casa, he salido temprano para ir a clase y, aunque tuve la tentación de volver, no lo hice pues el tiempo que hubiese estado en casa hubiese sido mínimo porque después tenía el curso intensivo de portugués. Este curso está super bien porque aunque parezca que no aprendes bastante además de que conoces mucha más gente, sin embargo, se hace un poquito cuesta arriba tener que ir todos los días, tres horas, y más si tenemos en cuenta que es el momento idóneo para poder hablar con la gente que quieres. En cambio, llegas a casa a las mil, especialmente yo que vivo lejos de todo, y ya no son horas de poder hacer nada más que ducharte, comer y acostarte porque además el día siguiente vuelve a ser igual, y si encima te entretienes o algo por ahí ni te cuento. Enfín, que al final estoy mucho más incomunicada de lo que pensaba, aún así me apetece deciros que no me olvido de vosotr@s, que os echo te de menos y os quieroooo.......

Por cierto, no había nada más idóneo que titular la entrada Saudade, se utiliza para referirse a la melancolía o nostalgia y seguramente os sonará porque así se llama el blog de Sergio (siento plagiarte).

Mil besos desde Porto!!!

domingo, 17 de octubre de 2010

El placer verde.

    Ayer descubrí el placer de hacer picnic en un parque de ciudad, no hay nada más reconfortable que adentrarte en un espacio como en el que estuvimos. Un parque inmenso, del que no vimos ni la quinta parte, en el que hay unos lagos preciosos y numerosos patos, gansos, etc. Allí nos dirigimos, con nuestro mantelito,   la comida que cada uno había cocinado y las botellitas de vino, a pasar un día estupendo en el que disfrutamos como niños. No creo que haya mejor forma de disfrutar de los que te acompañan que dejarse envolver con la naturaleza mientras vuelves en cierto modo a la vida, corriendo, saltando...riendo a más no poder.
    Cuando te paras a reflexionar sobre lo bueno que es en la vida disfrutar de la gente que te rodea, no reparas en la posibilidad de que quizá el momento de disfrutar se da fuera de tu país y ahí es donde tiene papel fundamental el idioma. No hay momento más penoso en la vida que querer o necesitar hablar y ser incapaz de articular palabra, si ya de por si es difícil encontrarse "sólo" sentir que dependes de una lengua puede resultar odioso y realmente te das cuenta cuando estás frente a la espada. En ese momento, eres consciente de que estás perdiendo muchísimo, y es que como anteriormente he dicho en ciertos momento pienso que hay personas que estás predestinado a conocer, personas que si en el momento en el que aparecen no estás preparado pierdes la oportunidad de disfrutar.

sábado, 16 de octubre de 2010

Mirando atrás...

   Bien, hoy hace un mes y dos días de mi llegada a la nueva ciudad, este tiempo se ha pasado lenta y rápidamente a la vez. Parece que fue anoche cuando a las dos de la madrugada aún no tenía la maleta preparada, parece que fue ahora y, sin embargo, cuando pasen dos minutos me volverá a parecer que llevo aquí toda una eternidad. Vuelvo la mirada atrás y en este momento podría detallar minuto a minuto cada uno de estos treinta y dos días, días en los que los sentimientos no sabes muy bien si se encuentran o se pierden.  Con más intensidad que nunca he pensado en el destino, por ejemplo, y es que puedo estar tan agradecida por la gente que he encontrado en el camino que no puedo dejar de pensar que hay personas a las que se está predestinado a conocer, personas que con su huella forjan tu vida.